Una vez más, el pueblo ha abierto los ojos y la boca. Este 14N las calles se han llenado de pancartas y protestas, y en cada una de ellas, una historia, una preocupación y una decepción.
Lejos de haber resultado ser el fracaso que muchos creen, el éxito ha sido la mayor bandera de las distintas manifestaciones que se han llevado a cabo en ciudades de todo el país. En sus reivindicaciones se pedía la cabeza de Rajoy, Wert y Merkel y la suerte de la Troika; pero, ¿qué criticar cuando ellos nos exigen nuestra propia vida?
El cuarto poder ha ejercido correctamente aunque sigo diciendo que una opinión no es válida como portada. Está bien que haya pluralidad, y la respeto, pero no comparto titulares como “España prefiere trabajar” o “Fracasados sin futuro”.