…pisando el césped aún húmedo por la escarcha, y que me dijera te quiero; el más sincero y el menos serio. Y pararme, pararme en medio de ese gentío abrumador, ensordecedor y sonreír cuando fuera un obstáculo para alguien. Detenerlo, ¡sí! detener el tráfico que me frena a mí todas las mañanas.
Que el tiempo pase rápido sin ti y lento contigo. Un nuevo lenguaje jamás inventado, nunca visto ni leído, que sobren las palabras.
Tu vida junto a la mía.