16 de diciembre de 2011

Ya te lo dije

“…aún a sabiendas de que su existencia sólo dura un día y pocas horas, sería feliz; pues tendría belleza y libertad.
Si fuera mariposa, ¿a qué temer? ¿A la muerte? No me alarmaría por ese gris espectro, pues ese sería el único motivo que me permitiría disfrutar de mi corta vida.
Me sentiría admirada entre las manos de un niño, que me vería con esos ojos ilusionados y se enternecería con el color de mis alas.
Me sentiría pequeña, sumamente pequeña; casi con el mismo tamaño y sentimiento que tenía antes de ser crisálida. Pero eso no lograría entristecerme, pues las cosas grandes se guardan en cajitas pequeñas, y mi interior es tan interesante como el mecanismo de un reloj de bolsillo… ese sería mi único consuelo, el pequeño gran apoyo para sustentarme.
Y lo más importante; no sufriría por amor. Ese sentimiento suicida que a veces mata, no acabaría con mi vida, por muy poca que tenga…”